Pedido de Difusión
El nuevo miedo argentino.
El miedo a perder el trabajo opera también como disciplinador social para la discusión paritaria. Tras una inflación del %40 y tarifazos que no paran de golpear al bolsillo, el gobierno pretende que los trabajadores acepten sin discutir un magro %18. Incluso a los docentes en 4 cuotas, lo que achicaría el número en términos reales.
Mientras todo esto sucede, mientras la industria y el trabajo se desploma, mientras los argentinos empeoran su calidad de vida asistimos al discurso del Presidente como si fuese un recién llegado, hablando cosas vagas y pintando un país ficticio.
El relato del ñoqui del estado, el desprestigio burdo a científicos y docentes, la “apertura al mundo” para avalar la lluvia de importaciones, la productividad y la flexibilización laboral hacen juego con un gran cerco mediático que esconde los despidos y la represión que sufren quienes dan pelea por su fuente de ingresos.
Lamentablemente Chacabuco no es ajeno a esta realidad, las políticas de cambiemos han golpeado duro a nuestro vecinos y este año amenaza con continuar la escalada. Empresas que han cerrado y hoy se muestran con carteles de remate, la caída del consumo y las tarifas que sacuden fuerte a los comercios locales, los rumores de empresas históricas que amenazan con despidos, los tercerizados que han sido los primeros en caer. Poco más de un año de gobierno son suficiente muestra de cuál era el cambio prometido.
Estar cerca de los vecinos no es salir a pasear por los barrios, dar consejos y descalificar al adversario, es arremangarse y ponerse a trabajar en los temas centrales de la vida de una ciudad, es construir derechos donde existe una necesidad.
Los argentinos hemos dado muestras sobradas de nuestra grandeza para salir adelante en los momentos más difíciles. Miremos al de al lado como un hermano, seamos más unidos que nunca, trabajemos mancomunadamente en la defensa de los derechos conquistados y avancemos en un proyecto de país que nos incluya a todos.
Francisco Bruno. Fuerza Peronista para la Victoria.