«NARANJA NARANJA»

10/2/15- Días atrás Daniel Scioli, el gobernador bonaerense, anunció la puesta en marcha del “Operativo Escuelas”. Según afirmó el mandatario provincial, este plan busca que los establecimientos estén preparados para recibir a los chicos a la vuelta de las vacaciones y que de esta manera lleguen, afirmó, soluciones de fondo. El mismo es coordinado por todo el gabinete provincial y contempla, entre otros aspectos, mejoras edilicias y equipamiento de las escuelas con el fin de garantizar la calidad del ciclo lectivo, desde la infraestructura, las condiciones laborales y alimentarias.

Pero en realidad lo que Scioli no cuenta e intenta ocultar, con un poco de pintura y mucha prensa, es el deplorable estado en el que se encuentran hoy los establecimientos educativos y la educación toda en la provincia más poblada de la Argentina. No es novedad que este gobierno provincial ha dado más que evidentes muestras de la poca planificación a mediano y largo plazo, así como también la falta de políticas públicas en lo que respecta a educación. Son conocidos hasta el hartazgo los conflictos docentes, la magra calidad académica, la deserción, la falta de material didáctico, la baja de presupuesto para los comedores escolares y tantos otros inconvenientes diarios que parece difícil creer que estos se solucionen de un día para otro con un solo anuncio.

Les recordamos a los dirigentes políticos de turno, llámense Gobernador, ministro de educación y hasta los consejeros escolar de nuestra ciudad, que no alcanza con un operativo de mucho título y escasa consistencia en año electoral. Si la infraestructura escolar es una prioridad que lo demuestren de verdad. Que se use el presupuesto para tal fin en lugar de armar una pantalla publicitaria que no hace más que exaltar la figura de un dirigente y no resuelve ningún problema, solo pone en evidencia un sistema educativo ineficiente. Miles de alumnos van a comenzar las clases en edificios con filtraciones, problemas de calefacción, instalaciones obsoletas, falta de espacios, entre otros. No se trata de maquillar el edificio sino de empezar a definir el rol de la educación para trasformar el país y posibilitar el ascenso social.

Finalmente no queremos dejar de destacar los innumerables esfuerzos que realizan todos los días aquellos docentes y alumnos que asisten a clases en condiciones que están muy lejos de ser las mejores y esperamos que quienes nos gobiernan entiendan de una vez por toda la importancia de la educación pública. No es suficiente hablar de inclusión si no nos detenemos a discutir qué hacemos con todos los que están incluidos pero no obtienen de la educación las herramientas mínimas para defenderse en la vida.

MARTINA ALI | JUVENTUD RADICAL | UCR