Los discursos de odio
Publicación pedida por Consejería de la Mujer – Fuerza Peronista
28/5/20- El lenguaje nos permite nombrar el mundo, hacer uso de este por medio de palabras. Hace un tiempo que se viene implantando en la sociedad la discusión sobre el lenguaje inclusivo, la importancia de decir las cosas por su nombre en una lengua específica, nombrar el silenciamiento de la ‘a’ y el genérico de la ‘o’, la ‘e’ que propone incluirnos en el discurso desde la diversidad. Una sociedad que se propone inclusiva y diversa necesita llevar a cabo estás reflexiones de como nombramos y como nos nombrarán, pero así también que se dice, que se propone con el lenguaje. El significado de la palabra caerá con distinto peso según su interpretante, pero hay expresiones que nos interpelan a todxs aún no sean en nuestro nombre. Cuando las palabras se articulan para determinar un discurso y este termina siendo de odio debemos volver a reflexionar sobre la importancia del lenguaje y su implementación social. En la coyuntura actual, una mujer es asesinada por día, brutalmente, es en la Argentina de hoy una constante. La noticia reciente sobre la muerte del femicida Barreda despertó sobre les lectores reacciones de apoyo, aliento, y aflicción por su muerte, justificando sin más a un femicida que asesinó a su familia a sangre fría. Lejos de instar la censura, lo que queremos es reflexionar sobre los discursos de odio, que se han visto circular en todos los medios de comunicación locales, con cierta insistencia en estos tiempos pandémicos. Un discurso de odio es una acción comunicativa que promueve y alimenta un dogma cargado de connotaciones discriminatorias que atenta contra la dignidad de un grupo de individuos, por lo general históricamente discriminado. Nos preocupa y ocupa la violencia que recibe el género femenino y disidencias, creemos y luchamos a diario por una sociedad equitativa, y sin violencias; entendemos que hay muchas formas de practicar la violencia, y nos sentimos profundamente interpeladas por los comentarios en referencia a un femicida. Uno de los comentarios proviene de un empleado municipal, uno de los pedidos del movimiento feminista local es la implementación de la ley Micaela, la falta de perspectiva de género en el municipio es relevante cada vez que nos ponemos a revisar su accionar. Pedimos por la plena implementación de la Ley Micaela para todo el cuerpo ejecutivo y legislativo local, y para todos les agentes del Estado municipal, que no se límite a un encuentro de una hora, sino que sea una política permanente y continua de reflexión y formación como puntapié inicial para llevar adelante los cambios culturales en esta sociedad atravesada por el machismo en todos los órdenes y que cada vez se cobra más vidas.
Ludmila González Esparza, estudiante del Profesorado de Lengua y Literatura e integrante de la Consejería de la Mujer – Fuerza Peronista
Consejería de la Mujer – Fuerza Peronista