LA PROSCRIPCIÓN NO SE OLVIDA

13/10/13- El día sábado 12 de octubre al cumplirse 50 años de la asunción de Arturo Illia como presidente de la Nación y dada la nota publicada en el día de ayer en la pag. 11 del diario “DE HOY” de nuestra ciudad, redactada por el señor Maximiliano Felice, integrante del Frente Amplio Progresista y candidato en segundo término a concejal por la lista del Frente Progresista Cívico y Social que encabeza Ariel Di Piero. Es nuestro deber como integrantes del Movimiento Justicialista hacer algunas reflexiones que permitan aclarar cuestiones vertidas en la mencionada nota.
Es dable poner énfasis en el grosero error de omisión que ha tenido el candidato al olvidar (o con intención omitir) que el gobierno de Arturo Illía padece la patología más espuria de la que un gobierno puede sufrir, como es la de ser un gobierno ilegítimo tapado por un manto de supuesta “democracia”. Podemos estar de acuerdo o no, sobre si ciertas cuestiones de la personalidad del Dr. Illia fueron de una determinada manera o de otra, como por ejemplo, su humildad y su capacidad intelectual. Pero en lo que no vamos a estar de acuerdo, bajo ningún aspecto, es sobre ciertas cuestiones políticas trascendentales de la historia de nuestro país.
Como militantes del Partido Justicialista no podemos olvidar bajo ningún concepto los 18 años de resistencia y de lucha a los que han tenido que someterse muchos de nuestros compañeros de generaciones anteriores, la proscripción impuesta mediante decreto presidencial 4161/56 donde se prohibía, entre otras cosas alusivas, nombrar palabras tales como “Peronismo”, “Perón”, “Justicialismo”, “Evita”; y peor aún, la imposibilidad de que el Partido Justicialista se presentara a elecciones, incluso impugnando la presentación como candidatos de ciertos dirigentes adeptos a la ideología popular.
En la elección del 7 de julio de 1963, lo que todos los historiadores llaman “la farsa electoral”, el Dr. Illia fue electo Presidente de la Nación con un 25% de los votos, ocupando el segundo lugar el voto en blanco con un 24% de los votos, con una baja participación de votantes. Para lograr su acometido el vencedor tuvo que someterse a la venia de sectores militares, como también al acuerdo con ciertos sectores liberales con profundos intereses económicos privados en torno al Estado Nacional. Lo ocurrido en aquel momento se debe a una manipulación de la sociedad argentina y a una simulación de supuesta “actitud democrática” llevada adelante por militares y civiles, con intereses económicos, y el entonces electo Presidente de la Nación.
Se nos critica a los justicialistas de ser intolerantes, de ser quienes ocultamos los personajes abalados por la Unión Cívica Radical, pero creemos con profunda convicción que le Dr. Illia, tal como lo dice la nota del candidato a concejal Maximiliano Felice, incomoda. Es verdad que incomoda, no porque los interpele a los políticos y a la sociedad a reproducir su ejemplo, sino que incomoda a militantes justicialistas y radicales por la ilegitimidad de su gobierno. La democracia debe ser necesariamente legitima, por ello existe una Constitución Nacional, leyes y decretos a las que deben atenerse los ciudadanos de este país. Creemos, sin temor a equivocarnos, que no fuimos nosotros los que escondemos a Illia, sino la propia historia argentina y hasta su propio partido (la UCR), por carecer de legitimidad democrática. Adolecía de profunda ilegitimidad, aquella de todos lo gobiernos que servían a lo militares de “caretas” institucionales y democráticas. Coincidimos que la construcción de nuestro país debe ser observando la historia argentina con un trabajo historiográfico, y en estos 30 años de democracia, lo que la sociedad argentina ha hecho es enterrar a todo aquel que se revistió de ilegitimidad, arbitrariedad o autoritarismo. Por ello se ha avanzado profundamente en materia de derechos humanos derogando las leyes de “Obediencia Debida y Punto Final” y eliminando los indultos, judicializando y condenando a los represores que se alzaron contra el pueblo argentino.
No podemos dejar de rememorar que le Presidente Illia ante la decisión del General Perón de regresar a la Argentina el 2 de diciembre 1964, al realizar una escala en Rio de Janeiro Brasil, el avión en el que se desplazaba fue interceptado por militares brasileños y obligado a regresar a España, impidiéndole la entrada a la Argentina. El Ministro de Relaciones Exteriores de aquel momento, Miguel Angel Zavala Ortiz (recordado por el señor Felice por sus gestiones sobre la soberanía de las Islas Malvinas) decía que el viaje de Perón a nuestro país era “un acto subversivo” y luego del hecho del 2 de diciembre, éste nefasto personaje afirmo que si el Gral Perón regresaba a la Argentina, seria detenido de inmediato. Fue confirmado luego que había sido el propio gobierno argentino, quien habría ordenado al gobierno brasileño la detención y promulgado el rechazo a la entrada de Perón al país.
Actitudes como estas llevadas adelante durante el gobierno del Dr. Arturo Illia, sumado a su origen de gobierno ilegitimo son las que condujeron a la sociedad argentina a la incomodidad de éste personaje. Es evidente que por ello no aparece entre los palcos honoríficos de los luchadores de nuestra Patria. Razón tiene el candidato a concejal que existe tensión entre el relato dominante y lo que debería ser, pues hay ciertos sectores que quieren “hacernos ver” una parte de la realidad sin desenmascarar las entrañas mas profundas de lo ilegitimo, he aquí nuestra tarea inagotable como militantes de contar la historia de la proscripción como lo que realmente fue, la historia de la ilegitimidad, la historia de sendos gobiernos supuestamente democráticos pero ilegítimos al fin.
Por todos estos fundamentos sumados a otros tantos que se vertieron en la sesión del Concejo Deliberante fue que nuestro bloque de concejales rechazo el reconocimiento a la figura de Arturo Illia presentado por un proyecto del Frente Amplio Progresista para que una avenida de nuestra ciudad lleve su nombre. Creemos que nos sobran los argumentos, pero más que nada estamos convencidos de que vivir en democracia no puede ser bajo ningún concepto aceptar gobiernos ilegítimos, como tampoco puede ser que esa “apariencia democrática” conlleve la proscripción de un partido político, de una ideología política o de una forma de hacer política. Reivindicamos las luchas de los compañeros de la resistencia y enaltecemos sus nombres en la búsqueda de una verdadera Democracia.-

Bloque de Concejales del PJ/FPV

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