ECHAN A JEFES DE LA POLICIA BONAERENSE

Sería por los casos de Baradero y J. L. Suárez.
Sería por los casos de Baradero y J. L. Suárez.
18/2/11- El ministro de Justicia y Seguridad de la provin­cia de Buenos Aires, Ricardo Casal, decidió ayer desplazar a varios de los máximos jefes de la policía bonaerense, incluido el subjefe de la fuerza, Salvador Baratta, una medida que, hasta anoche, no alcanzaba a su jefe, Juan Carlos Paggi.

La decisión de Casal fue anunciada en privado, ayer por la mañana, a algunos de los mandos que serán desplazados, aunque sólo a última hora fuentes del gobierno de Daniel Scioli confirmaron los relevos, que habían sido negados por voceros oficiales.

Entre los uniformados circuló ayer una interpretación de los despi­dos: sería una forma de responder a las fuertes críticas por hechos como el ocurrido en Baradero, donde el policía Gustavo Kapp mató por la espalda a Lucas Rotella, un joven que intentó escapar al querer ser identificado, o el de José León Suárez, donde otro unifor­mado, Gustavo Vega, mató a dos adolescentes. Sin embargo, fuentes cercanas al gobernador Scioli dijeron que se trató de «cambios normales en la institución» que no se habían concretado a fines de año porque había que montar diversos operativos veraniegos.

Notablemente, el recambio alcanzó al segundo jefe de la policía, Salvador Baratta, quien estaba de licencia desde el 30 de enero y ahora pasaría a retiro, y a por lo menos otros cinco superintenden­tes a cargo de distintas áreas de la fuerza de seguridad.
Cara a cara

Casal no atendió ayer las llamadas de LA NACION que buscaban confirmar la lista de los desplazados y conocer a sus reemplazantes. Pero trascendió que el ministro y el propio Paggi recibieron ayer por la mañana a algunos de los afectados para comunicarles personalmente la resolución. Otros, sin embargo, no habían sido anoticiados de la novedad al momento de ser consultados por este diario.

Además de Baratta, la lista de jefes policiales pasados a retiro o separados de sus cargos incluye al hasta ahora superintendente coordinador de la zona oeste del Gran Buenos Aires, José Antonio Raggio, y al titular del área de Servicios Sociales de la policía, Héctor Martínez.

Incluiría, además, al jefe de Investiga­cio­nes de Tráfico de Drogas Ilícitas, Claudio Fernán­dez; al titular de la Superintendencia de Delitos Complejos, Walter Carballo, y al coordinador de la zona Norte del conurbano, Mario Alberto Martín.
Malestar

Las circunstancias de estos seis integrantes de la cúpula policial varían. Algunos habían pedido su retiro en forma voluntaria (es el caso de Raggio y Martínez), en tanto que otros se mostraron sorprendidos por la decisión de prescindir de sus servicios.

Hubo quien no ocultó su malestar y deslizó que Casal y Paggi habían decidido desprenderse de «quienes no eran serviles». Uno de los jefes desplazados dejó traslucir su amargura al reclamar que las autoridades «se hagan cargo» de la decisión.

Es que, justamente, tanto Casal como Paggi mantuvieron un silencio hermético respecto de los cambios en la cúpula policial, que ya se venían rumoreando desde la semana pasada, según pudo saber LA NACION al indagar entre fuentes policiales de distintos niveles.

Ayer, tanto Casal como Paggi resultaron inhallables. Un vocero del jefe de la fuerza negó que hubiera habido comunicacio­nes personales de Paggi con los desplazados para notificarlos del hecho, en contraste con lo afirmado por algunos de los policías pasados a retiro. Al cierre de esta edición no se conocía tampoco el nombre de ninguno de los policías que deberán reemplazar a los que dejan sus puestos.

Anoche, no eran pocos los que pensaban que el resonante y trágico caso de Baradero habría desbordado la paciencia del gobernador.

Justamente anteayer dos policías y el titular de la comisaría de Baradero fueron desafectados de la fuerza, en el contexto de la investigación del crimen del joven Rotella, que murió el sábado pasado en Baradero baleado por la espalda por un policía de esa ciudad, pues no quiso bajar su moto, que había subido a la vereda de una plaza de esa ciudad.

Por este crimen está acusado el policía Kapp, quien aseguró a la Justicia que desconocía que la escopeta que utilizó para dispararle a la víctima tenía municiones de plomo y no de goma.

Fuente: lanacion.com.ar

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