DIPUTADO RADICAL PROPONE HOMENAJEAR A QUIENES JUZGARON A LAS JUNTAS MILITARES
19/9/10- A través de un proyecto de resolución, el diputado bonaerense Gustavo Zuccari propuso realizar un reconocimiento a los integrantes de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, doctores Jorge Edwin Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés D’Alessio, que juzgaron a las Juntas Militares, como así también al Fiscal actuante en la causa, doctor Julio César Strassera.
Al respecto el legislador señaló que “la propuesta incluye colocar una placa conmemorativa en el ámbito de la Cámara de diputados bonaerense, entregándoseles además un presente recordatorio a los mencionados o a sus familiares directos, en sesión especial a realizarse durante el presente período legislativo”.
Cabe recordar que el 13 de diciembre de 1983, tres días después de asumir la presidencia, el doctor Raúl Alfonsín, dictó el Decreto n° 158/83, mediante el cual ordenó someter a juicio sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de la Junta Militar que usurparon el gobierno de la Nación el 24 de marzo de 1976 y a los integrantes de las dos juntas militares subsiguientes.
Asimismo mediante Decreto 187 del 15 de diciembre de 1983, se creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), cuya investigación tendría un papel fundamental en el juicio, mientras que el informe fue entregado el 20 de septiembre del año siguiente.
Las demoras y la falta de voluntad en las Fuerzas Armadas para enjuiciar realmente a los jefes militares se hizo evidente desde un comienzo. El 13 de febrero de 1984, el Congreso sancionó la Ley 23.049 de reforma del Código de Justicia Militar estableciendo que la justicia militar sólo atendería delitos de tipo militar (abandono de guardia, deserción, insubordinación, etc.). Cualquier otro delito cometido por un militar debía ser atendido por la justicia civil.
Además, se estableció que las sentencias de los tribunales militares podían ser apeladas ante la Cámara Federal (tribunal civil) y que si el juicio se demoraba injustificadamente, la Cámara Federal podía hacerse cargo directamente de la causa.
Ante la evidencia de la demora injustificada de la justicia militar para enjuiciar a las juntas militares, el 4 de octubre de 1984, la Cámara Federal (tribunal civil) tomó la decisión de desplazar al tribunal militar que estaba enjuiciando a las juntas para hacerse cargo directamente de la causa.
Entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985 se realizó la audiencia pública. En ella declararon 833 personas. Las atrocidades que revelaron muchos de esos testimonios sacudieron hondamente la conciencia de la opinión pública argentina y mundial. Vale la pena señalar que en ese momento, el poder militar estaba virtualmente intacto.
Entre el 11 y el 18 de septiembre de 1985, el fiscal Julio César Strassera realizó el alegato de la fiscalía, que luego ha sido considerado como una pieza histórica. Strassera cerró su alegato con esta frase: “señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ‘Nunca más».
El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal, presidida por León Carlos Arslanián e integrada por Ricardo Gil Lavedra, Andrés D´Alessio, Jorge Valerga Aráoz, Guillermo Ledesma y Jorge Torlasco, dio a conocer la sentencia del juicio que condenó a los integrantes de las juntas militares de la dictadura.
Es por eso que “a casi 25 años de aquel histórico fallo, y en reconocimiento a la tarea que los integrantes de la Cámara desarrollaran, solicitamos la aprobación del presente proyecto de Resolución”, añadió Zuccari.
Resulta imposible entender el juicio a las juntas militares, sin previamente ubicarse en ese contexto histórico: Argentina tenía una incipiente democracia, pero aún los militares eran poderosos y no estaban dispuestos a aceptar ninguna revisión sobre los actos cometidos.
En numerosos reportajes, los jueces integrantes de esa histórica Cámara, han destacado los aspectos más salientes del juicio, que entrañaba toda clase de dificultades y también suelen recalcar que para cada uno de ellos hubo un antes y un después del Juicio.
De todas maneras, pese a lo inusual de los acontecimientos, el valor del juicio es indudable ya que sirvió para sentar el principio de no impunidad en la Argentina y esos camaristas han pasado a integrar nuestra historia.