UNA CARTA PARA SABER QUE SE PUEDE

10/1/13- En la revista “Nuestra Familia” del pasado mes de diciembre de 2012, publicación que pertenece a la Iglesia Nueva Apostólica, apareció una carta que fue enviada por Alegría Medina, que tiene 12 años y que en la actualidad reside en la ciudad de Bahía Blanca y que había nacido en Rawson y por cuestiones de salud, su familia debió emigrar a esa localidad del sur bonaerense.

Alegría nació con problemas de audición y para que ella pudiera tener una enseñanza acorde a sus necesidades, sus padres Cecilia Ellena y Miguel Medina –profesora y preceptor de la Escuela Media Nº 2 de Rawson- decidieron que ella pueda cursar en una escuela de Bahía Blanca y así adaptarse totalmente a la sociedad a través del lenguaje de señas.
Sus hermanos son Amarilys, Sebastián y Vinicius, y juntos lograron que Alegría pueda encontrar la felicidad a pesar de su impedimento para oír.
Carta publicada.
“Les contaré de que manera apareció la música y el canto. Yo nací sorda, y como mis sidos no pueden escuchar, mis huesos han adquirido esta tarea. Transmiten las vibraciones del sonido que provienen de la música. Así es como puedo sentir la música en mi alma. Siempre que canta el coro apoyo mis manos sobre el armonio para percibir como vibran las cuerdas a través del armazón, y entonces siento el ritmo que llega hasta mis manos. Al mismo tiempo, mi mamá o una de nuestras maestras traducen para mí las palabras del canto en Lengua de Señas. Mi canto favorito es Un día Jesús fue niño. También me gusta Con un corazón alegre y Noche de Paz. En mi mundo de silencio aprendí a oír con mis ojos y mis manos. Y aunque mis oídos no se acuerden de escuchar, ¡sé que Dios me ama y que nunca se olvidad de mi!”