INVESTIGAN CAUSAS Y TRATAMIENTOS ALTERNATIVOS DE TUMORES HIPOFISARIOS EN LA UNNOBA
7/4/10- La formación de tumores de la glándula hipófisis es el tema por el que se interesó hace ocho años la investigadora Carolina Cristina y desde entonces trabaja para averiguar las causas que los provocan, así como para estudiar si es posible tratarlos con terapias alternativas.
Cristina afirma que la apasiona el proyecto y asegura que es improbable pensar cuándo va a culminar su trabajo: “En investigación uno va contestándose preguntas a través de los resultados de sus experimentos y al mismo tiempo formulándose nuevas cuestiones”.
La investigadora lleva adelante su proyecto en la UNNOBA y en colaboración con el laboratorio de Regulación Hipofisaria del IBYME-CONICET (Instituto de Biología y Medicina Experimental) donde, bajo la dirección de la doctora Damasia Becú, realizó su tesis doctoral.
Obtuvo recientemente un subsidio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (PICT para Jóvenes Investigadores) con el que se financiarán parte de los experimentos en la UNNOBA.
Su trabajo en los tumores de hipófisis es sobre factores de crecimiento y factores angiogénicos, que son los que producen el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos para que la masa tumoral crezca.
La hipófisis está ubicada debajo del cerebro en una fosa ósea que se llama “silla turca”. Si crece demasiado el tumor puede comprimir estructuras cerebrales circundantes y romper el hueso.
Si bien los tumores de hipófisis suelen ser benignos y de crecimiento lento, causan considerable morbilidad y mortalidad debido a su localización intracraneana y su secreción hormonal exacerbada.
Dentro de los adenomas hipofisarios, los prolactinomas son los más frecuentes. Se originan en las células que producen prolactina (llamadas lactotropos), objeto de estudio de la investigadora Cristina.
Los prolactinomas son tratados en forma eficiente con agentes farmacológicos: los agonistas dopaminérgicos, pero alrededor de un 15 por ciento son resistentes y requieren cirugía.
La operación para extirparlos se realiza vía transesfenoidal o transcraneal, según el tamaño del tumor, y su éxito depende en parte de la experiencia del neurocirujano.
“Queremos demostrar que la angiogénesis es importante para el desarrollo de los tumores hipofisiarios. Entonces si la bloqueáramos con drogas antiangiogénicas lograríamos que ese tumor no tenga oxígeno, nutrientes ni factores de crecimiento y deje de crecer”, apunta la investigadora.
Durante su tesis, lo que hizo fue usar un modelo experimental de prolactinoma en ratones que no tienen receptor de dopamina, que es la que inhibe la secreción de prolactina y la proliferación de lactotropos.
“En este modelo no se había hecho ningún estudio de angiogénesis y nosotros fuimos los primeros en demostrar la sobreexpresión del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) en los tumores. Establecimos además una relación entre el sistema dopaminérgico y el VEGF en hipófisis. Como estos ratones no tienen receptores de dopamina son un buen modelo de prolactinoma resistente a dopaminérgicos”, sostuvo.
La investigadora dijo que una vez que adquirió experiencia sobre la angiogénesis y los factores de crecimiento que actúan en los tumores experimentales comenzó a estudiar los tumores humanos. Para eso se contactó con neurocirujanos y elaboró un plan de trabajo aprobado por los comités de bioética correspondientes.
El neurorcirujano le da pequeñas muestras de tejido tumoral que sirven para hacer las mediciones de los factores angiogénicos. Durante la operación, además puede ver en una pantalla cómo el tumor presiona a la hipófisis normal y la retrae. “Como los tumores son tan diversos, tan diferentes entre sí, se necesita un gran número de muestras que a veces resulta difícil conseguir y retrasa los experimentos”, afirmó.
Cristina puntualizó que lo que realiza es investigación básica (es decir ciencia básica, no investigación aplicada) y que se traduce en un aporte para la ciencia y para el conocimiento, lo cual cree que es fundamental porque los descubrimientos en ciencia básica son los que podrán tener su aplicación en un futuro.
“Nosotros, con todo el conocimiento de angiogénesis y factores de crecimiento en hipófisis, estamos iniciando un nuevo camino que tiene que ver con las células madre tumorales. En otros tumores ya se encontraron estas células, en los de pulmón, de mama, del sistema nervioso central, etcétera, éstas células serían capaces de autorenovarse y de dar origen a muchos tipos de células”, explicó.
Carolina Cristina participa en la construcción y equipamiento de nuevos laboratorios de investigación en la UNNOBA. Mientras tanto, con ratones que aporta el Instituto Maiztegui apuesta a generar otros modelos de prolactinomas para continuar su trabajo en angiogénesis y células madre tumorales.
La profesora dijo que entre los investigadores que estudian los tumores hipofisarios a nivel mundial es discutido el hecho de que la angiogénesis sea crítica como lo es para otro tipo de tumores sólidos. “El problema es que la glándula normal es muy vascularizada, tiene muchos vasos sanguíneos. De alguna manera particular, yo creo que la angiogénesis también es importante en los tumores de hipófisis a pesar de que no son tan vascularizados como otros tumores más agresivos, porque de hecho el crecimiento de una masa tumoral necesita aporte de oxígeno y nutrientes. Y ya tenemos resultados preliminares satisfactorios de tratamientos antiangiogénicos en los ratones”, contó.
Lo que ocurre es que son varios los factores que intervienen en su desarrollo y esto hace difícil asociar la vascularización del tumor a su crecimiento o mantenimiento, entre otras cosas.
“Detecto marcadores de vasos sanguíneos, con eso puedo ver donde están localizados los nuevos vasos, estudiar el tamaño, la cantidad (con programas de computación específicos), la forma y comparo la vascularización de los distintos tipos de tumores de hipófisis con la hipófisis humana normal. A su vez voy relacionando los resultados en los tumores experimentales con los tumores humanos”, señaló.
La doctora Carolina Cristina es bioquímica, profesora adjunta de la materia Química Biológica en la UNNOBA e investigadora asociada de la Fundación IBYME-CONICET.