La falta de agua, un problema constante
Por Cecilia Vespasiano *
9/1/12- Como me suele pasar todos los veranos que regreso a mi querido pueblo, me encuentro con la misma decepción de que casi la mitad de la ciudad, (zona céntrica preferentemente), se encuentra desprovista de presión de agua, y hasta a veces, sin ella en algunas horas. Sin dejar de mencionar las altas temperaturas a la que estamos sometidos en estos últimos días y la intensa sequía que amenaza gravemente cultivos y animales.
Por eso insisto en que tomemos conciencia de la problemática hídrica que afecta nuestro municipio. Lo menciono no sólo por mi vocación en Ciencias Ambientales, dónde he elegido asesorar al Frente Amplio Progresista, sino también como una ciudadana preocupada, recordándoles que debemos tomar conciencia en la utilización de este recurso, que es AGOTABLE, e indispensable para nuestras vidas, ya que sin él, la muerte. Entendamos de una vez por todas, que no tiene reemplazo, que no le vamos a poder encontrar un sustituto, como puede ocurrir con otros recursos, como los energéticos, por mencionar un ejemplo.
Implementar una política hídrica adecuada, resulta un tanto complejo, somos concientes de eso. Hay que tener en cuenta que el agua, desde el punto de vista político es un bien social, desde el punto de vista ambiental es un recurso natural, indispensable para el desarrollo de los seres vivos que habitan en un ecosistema y desde el punto de vista económico es un bien de consumo, pero también un insumo. El recurso hídrico no sólo se consume, también se utiliza para higiene, producción de alimentos, producción de energía y en la elaboración de bienes industriales.
Considero, que no basta solo con la implementación de nuevos pozos, con sus respectivas obras de infraestructura, (lo cuál debe hacerse a la brevedad y es de suma importancia), pero de todas formas tenemos que tener en cuenta que no sólo bastara con esto. Como ciudadanos responsables, debemos ser racionales con su uso. Se deberán implementar políticas para limitar su oferta, pero sin olvidarnos de su elevada demanda. Este desbalance entre la oferta y la demanda hídrica, exige a gritos medidas económicas para su racionamiento, las cuales a mi criterio deben ser por vía del precio. El recurso hídrico tiene que ser mensurable, y el que elige consumir más, tendría que pagar más por ello. Ya que todos sabemos que el consumo de agua es vital, pero que si hay que pagar por ella, su uso indefectiblemente disminuye, es que a veces pareciera que no aprendemos y que somos hijos del rigor.
Termino estas líneas con unos datos que hacen ruido, pero que no podemos dejar de tener en cuenta:
“Mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca se da por hecho, en otros es un recurso escaso debido a la falta de agua o a la contaminación de sus fuentes. Aproximadamente 1.100 millones de personas, es decir, el 18 por ciento de la población mundial, no tienen acceso a fuentes seguras de agua potable, y más de 2.400 millones de personas carecen de saneamiento adecuado”.
“La carencia de agua potable se debe tanto a la falta de inversiones en sistemas de agua como a su mantenimiento inadecuado. Cerca del 50 por ciento del agua en los sistemas de suministro de agua potable en los países en desarrollo se pierde por fugas, conexiones ilegales y vandalismo”.
“Sólo del casi 3% de agua dulce (para consumo humano) que existe en el planeta, sólo el 1% es agua en superficie fácilmente accesible, el 52 % se encuentra en lagos y el 38% en humedales”.
* Estudiante de Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires y asesora en temáticas ambientales del Frente Amplio Progresista de Chacabuco.
Excelente nota y muy buena reflexión.