EL CHACABUQUENSE LUIS MARIA CAPELLANO SOSPECHADO
POR GESTIONAR PAGOS DE LA ONCCA DESDE SU ESTUDIO.
Fuente textual: www.clarin.com.ar
9/8/10- En Chacabuco era vox populi que la manera más efectiva de obtener los subsidios de la ONCCA era dirigirse al estudio contable ubicado en San Lorenzo 21. Esa gestoría se quedaba con 10 o 15% de la suma a cobrar, pero aseguraba éxito en el trámite. El secreto era la estrecha relación entre su titular, Luis María Capellano, y el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, que controló esa Oficina en 2008 y 2009. En el mismo lapso, Capellano realizó una meteórica carrera dentro del Estado. Pasó por ONCCA, por AFIP y desde junio pasado es el subsecretario de Ingresos Públicos del Ministerio de Economía.
Basta hablar con productores de Chacabuco para confirmar que el estudio Capellano era una boca más de la “ONCCA Paralela”.
Clarín recogió testimonios de varios que pidieron el anonimato. “En el caso de la compensación al trigo, el porcentaje que cobraba era del 10%”, señaló un chacarero, que pagó y cobró.
Otra fuente relató: “Capellano nos decía: ‘Ustedes ya saben cuando estoy en la oficina; pueden ver mi Mercedes Benz estacionado en la esquina’. El que no pagaba entre 10 y 15% de comisión no cobraba sus subsidios”. Eso fue lo que le sucedió a un tercer productor consultado: “Yo me fui de su estudio hace años y jamás cobré la compensación de trigo de 2007. Fue arbitrario y discrecional como manejaron esas compensaciones”.
El estudio tiene una larga historia en Chacabuco. En 2002, el “Gordo” Capellano se asoció con Hugo Torcassi, quien todavía hoy atiende las oficinas. Es que Capellano pasó a trabajar para el Estado a comienzos de 2009. Echegaray lo eligió para dirigir la oficina de la ONCCA en Salto. La delegación fue creada en noviembre de 2008 y tenía potestad sobre Salto, Chacabuco y otros 21 partidos del norte provincial. Pese a esa enorme tarea, Capellano volvía a su estudio casi todos los días . Lo hacía en su Mercedes, en una costosa camioneta Jeep, o en alguna de sus motos, una de sus pasiones.
Se ganó tanto odio en el cargo que en agosto de 2009 la agencia de Salto sufrió un escrache y 70 productores debieron ser desalojados por la policía. Dejaron dos graffiti: “Con el campo no se jode” y “Robo Comercial Agropecuario”.
Además de su actividad como contador, en 2007 Capellano declaró ante la AFIP una segunda fuente de ingresos: el cultivo de cereales . Y ya estaba en funciones cuando la ONCCA le pagó compensaciones. No por cifras astronómicas, pero muchos otros productores no cobraron todavía nada. El 6 de enero de 2009, la Resolución 8690, firmada por Echegaray, le asignó 1.759 pesos. Y el 26 de marzo cobró 1.053 pesos. Esa resolución, la 2565, fue rubricada por Emilio Eyras, a quien el jefe de la AFIP dejó a cargo de ONCCA.
Capellano se ganó la confianza de Echegaray debido a su amistad con otro miembro de su círculo íntimo, el actual subdirector de Asuntos Jurídicos de la AFIP, Pablo Aguilera, quien también estuvo en la ONCCA en 2008. Capellano fue convocado de urgencia en diciembre de 2009, para ocupar un puesto clave en la AFIP, la subdirección de Planificación que dejaba vacante otro viejo compañero de ruta de Echegaray, el marplatense Fernando Villaverde, seriamente salpicado por las denuncias de corrupción en la ONCCA.
Duró pocos meses Capellano en el puesto. El 27 de mayo pasado Echegaray le aceptó la renuncia ya que el contador de Chacabuco había sido convocado a destinos superiores. El 19 de junio se publicó el decreto 851/10, que designó a Capellano como subsecretario de Ingresos Públicos. Lo firmaron Cristina Kirchner, Aníbal Fernández y Amado Boudou.
En Chacabuco -el pago chico del ministro de Agricultura, Julián Domínguez-, nadie todavía puede creer que Capellano haya llegado tan lejos. Todos lo conocen por un hecho de corrupción que sacudió la política local en 1990: “El caso de las viandas”. En ese momento, era director municipal y tenía a cargo el Hospital local, donde se detectaron sobreprecios en las compras de alimentos . El ex intendente, el radical Mario Lalla, motorizó la denuncia y lo separó del cargo. Y hasta la UCR decidió desafiliarlo . Fue el único procesado en una causa que tramitó la justicia de Junín, y que cerró 17 años después -como tantas- sin culpables.
Capellano se acomodó rápido con las gestiones del PJ que siguieron. Y su estudio de San Lorenzo 21 no solo fue visitado por gente interesada en cobrarle a la ONCCA. También habría pasado por allí Juan Manuel Albornoz. ¿Quién es? Un humilde gomero que, según denunció la UCR de Chacabuco, figuraba como proveedor del municipio con empresas fantasma que sirvieron para desviar 2,8 millones de pesos. Ya hay una causa por este tema. La justicia investiga si esas firmas fueron creadas en el estudio Capellano.