A esos carroñeros solo les pido una cosa: que no sean tan miserables

13/7/20- En apoyo hacía el Delegado Municipal de Rawson, Juan Carlos Gómez, el secretario de Evaluación y Gestión del Municipio, Maximiliano Felice, escribía en su perfil de Facebook lo siguiente (textual):

El común de los humanos de nuestro tiempo tiende a esperar que en momentos de grave dificultad todo el mundo ponga su parte de esfuerzo y colaboración con las alternativas y propuestas de solución que se planteen, y sinceramente no se entiende que algunos dirigentes, concejales y partidos políticos intenten sacar provecho político en circunstancias que causan mucha inquietud entre la población.

Es difícil saber si a mediano plazo los comportamientos hipócritas y las críticas de carácter carroñero podrán tener alguna rentabilidad electoral para aquellos que han incurrido en comportamientos propios de esa inclinación. Pero, aunque puedan obtener algunos réditos derivados de la actual inestabilidad emocional en la que viven bastantes personas, el problema es que comportándose de tal manera pierden legitimidad política. Y yo creo que también credibilidad personal de cara al futuro.

En el curso de lo que va de esta pandemia lo que va predominando, afortunadamente, es la colaboración solidaria y el espíritu cívico de la gran mayoría de la población, al tiempo que algunos líderes sindicales, dirigentes políticos y responsables de medios de comunicación entienden que ahora lo que toca es colaborar. Y, de cara al futuro, entender que para salir de una situación tan compleja como la que se avisora en el horizonte se requerirán esfuerzos de innovación positiva. Para lo que se precisarán grandes consensos y nuevas formas de comportamiento político colaborativo.

Por eso, precisamente, en estos momentos las inclinaciones carroñeras de algunos (cada vez menos, por suerte) solo pueden entenderse como una patología política, que todos debemos intentar desterrar.
No será fácil. Los carroñeros son persistentes y una vez abatida su presa no la abandonan hasta que sólo quedan los huesos.

A esos carroñeros solo les pido una cosa: que no sean tan miserables.

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