El comienzo del fin de la cuarentena deja expuesta la crisis social
14/6/20- Con el municipio de Chacabuco pidiendo al gobierno provincial el pase a la fase cinco, ya con el consejo social desarticulado y con todos los rubros comerciales trabajando con horarios reducidos podemos ver como las medidas municipales buscan avanzar en la tarea de terminar la cuarentena, pero no con terminar con la crisis que la misma agudizó.
El municipio de Víctor Aiola cree (ridículamente) que habilitando a trabajar a todos los rubros se termina con la crisis económica en la ciudad, claramente no es así, ya que no sólo nos deja completamente a la deriva en una cuestión sanitaria, sino que también da por resuelto el problema económico que se vive en todos los barrios de Chacabuco.
En este sentido la municipalidad no ha destinado un centavo en la compra y reparto de mercadería en los más de 80 días de cuarentena (ya que el consejo social funcionaba con las donaciones de los vecinos y de entidades) pero sí alimentó al poder policial a horas de decretarse el aislamiento deteniendo a trabajadores de la construcción, malabaristas y limpia vidrios. Incluso en los últimos días fue detenida una pareja cuando estaba recolectando leña para combatir el frío, aún estando dentro del horario de circulación permitido. Es una avanzada clara contra los trabajadores informales y desocupados de nuestra ciudad.
Esta búsqueda por terminar con la cuarentena no es sinónimo de prosperidad o avances en la lucha contra la pandemia, sino todo lo contrario.
Los ingresos de los trabajadores informales que ponen en pie a sus hogares a través de changas o trabajos en negro no van a aumentarse, y las deudas de los tres meses de cuarentena no hacen más que presionarlos. La IFE no sirvió como salida o solución a estos problemas, ya que pudo cobrarse un mes y medio después de que haya comenzado el aislamiento obligatorio y dejando de lado a más de tres millones de trabajadores informales y desocupados basándose en excusas ridículas a la hora de aprobar o no el cobro de la misma.
La pandemia vino a quitar la máscara que el municipio puso sobre la pobreza local, y a evidenciar las necesidades en los barrios.
Aún hoy se pueden ver en los grupos de «compra y venta» o foros locales como las familias piden abrigo, comida, etc. acudiendo a estos recursos, ya que desde el municipio no tienen ninguna respuesta.
Desde el Polo Obrero seguimos exigiendo:
– Que la municipalidad se haga cargo de la compra y reparto de alimentos a todos los barrios y vecinos que viven por fuera de la ruta 7.
– Que se asegure, a las familias que lo necesiten, garrafas y leña para calefaccionarse.
– Kits de higiene y precaución por el COVID-19 en todos los barrios.
– Que desarrollo social tome cartas en el asunto.
Porque con hambre no hay cuarentena posible.
Polo Obrero Chacabuco – Partido Obrero